The Sky Blues by Robbie Couch

autor:Robbie Couch [Couch, Robbie]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Juvenile Fiction, Love & Romance
editor: TBR Editorial
publicado: 2023-10-25T22:00:00+00:00

DOCE DÍAS

Pensé que las cosas se calmarían antes de la clase de Anuario, pero estaba muy equivocado. Todos nuestros compañeros se apiñan alrededor de nosotros cuatro como si estuviéramos dando una puñetera conferencia de prensa. Solo les falta ponernos micrófonos en la cara. Pero... mola. En el fondo, lo estamos pidiendo a gritos.

–¡Me encantan las camisetas!

–¿A quién se le ocurrió lo de la cuenta atrás? ¿A Marshall?

–Estáis como cabras.

–Entonces, Ali –dice Dustin York, con una sonrisa diabólica–, ¿le vas a decir que sí a Sky cuando te pida ir al baile dentro de doce días? ¿Lo estáis haciendo por eso?

–Las camisetas son un símbolo –respondo rápidamente, negando con la cabeza–. Ali y yo no vamos a ir juntos al baile. Solo queremos transmitir un mensaje: quienquiera que hackeara el boletín no nos va a callar. Y ya está.

–Y pensamos llevar camisetas nuevas cada día de la cuenta atrás hasta la fiesta playera –añade Marshall–. Así que más vale que os acostumbréis.

Se levanta un coro de risas y gritos de aprobación.

–¿Quién fue el cabronazo que hackeó el envío, a todo esto? –pregunta Christina–. ¿Ya lo sabéis?

–El director Burger ha montado una investigación –declara Winter, entrando en el aula–. Hala, ya está bien; todo el mundo en silencio.

El rebaño se separa y se dirige a sus respectivos ordenadores.

–Bienvenido, Baker –Winter me hace un gesto y se agacha para que solo la oigamos nosotros–. Interesante elección de vestuario, y lo digo por los cuatro.

–El color hace juego con mi aura –explica Ali, señalando las letras moradas de su pecho mientras bate las pestañas. Hoy ha decidido sentarse junto a nosotros; es la primera vez que lo hace.

–¡Por cierto! –exclama Bree, y acercamos las cabezas para oírla sobre los murmullos y los chirridos de las sillas–. Hoy tenemos que hablar con Carolyn.

–¿Y eso? –pregunta Marshall.

–Estaba con Sky y Ali en la fiesta, cuando sacaron la foto –explica ella, mirándome–. Eso me contaste, ¿no?

Se me había olvidado... Pero, con lo cocida que iba Carolyn esa noche, puede se le haya olvidado a ella también.

–Las camisetas están bien –continúa Bree–, pero tenemos que centrarnos en la «Operación: Pillemos Al Que No Debe Ser Nombrado». Carolyn puede ser una testigo importante; a lo mejor, gracias a ella logramos reunir más pruebas.

–¿No podemos ponerle un nombre más corto al plan? –pregunta Ali.

–¿Qué?

–«Operación: Pillemos Al Que No Debe Ser Nombrado» es impronunciable: tiene como cincuenta sílabas, Bree.

Bree pasa de él.

–Insisto: alguien tiene que hablar con Carolyn para ver si sabe algo de esa foto.

–Me temo que tendremos que aplazarlo –murmura Marshall.

Nos enseña su móvil, con una publicación de Instagram compartida hace veinte minutos. Es una foto de Carolyn con el pelo revuelto, tirada en la cama junto a una montaña de pañuelos de papel arrugados, con el texto: No sabía que era posible encontrarse tan sumamente mal. #Putada #Trancazo #Enfermaencasa. Tiene su gracia, sobre todo porque el noventa y nueve por ciento de las publicaciones de Carolyn son selfis poniendo morritos.

–Mierda –gruñe Bree–. ¿Será de mala educación plantarnos en su casa mientras está griposa?

–¿En serio? –Marshall inclina la cabeza–.

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